Crisis de los siete años: cómo apoyar a un niño y ayudarlo a adaptarse

Cuando tu hijo cumple siete años, comienza una nueva etapa importante en su vida. Esta edad va acompañada de cambios significativos, que a menudo se denominan la crisis de los siete años. Se trata de una transición del período preescolar a la vida escolar, que requiere por parte del niño nuevas habilidades, responsabilidades y adaptación. En este momento, es importante que los padres estén ahí y apoyen a su bebé, ayudándolo a superar este período.

1. el papel de los padres en la preparación para la escuela
El inicio de la vida escolar es uno de los principales acontecimientos en la vida de un niño. A esta edad comienza a darse cuenta de su nuevo rol social: ahora no solo es hijo o hija, sino también estudiante. Esto requiere nuevas responsabilidades e independencia de él. Para facilitar esta transición, los padres pueden preparar a sus hijos para la escuela con antelación. Los juegos educativos, la lectura de libros, el aprendizaje de poesía e incluso la escritura básica ayudarán a su hijo a adaptarse al entorno escolar y reducir el estrés asociado con las nuevas exigencias.

Además, los padres deben recordar que durante este período es importante que el niño se sienta apoyado y comprendido para evitar posibles consecuencias negativas de la adaptación a las nuevas condiciones.

2. desarrollo de la responsabilidad y la independencia
A la edad de siete años, el niño comienza a desarrollar activamente un sentido de responsabilidad. Se da cuenta de que estudiar es su responsabilidad y que ahora es responsable de sus propios éxitos y fracasos. Este es también el momento en el que un niño hace sus primeros amigos de verdad y las opiniones de los demás empiezan a jugar un papel importante.

Para ayudar a su hijo a enfrentar nuevos desafíos, puede involucrarlo en la discusión de asuntos familiares, darle tareas pequeñas y asegurarse de elogiarlo por las tareas completadas. Esto fortalecerá su confianza en sí mismo y contribuirá al desarrollo de la independencia.

3. preguntas de curiosidad y “por qué”
A los siete años se les suele llamar la edad del “por qué”, porque en esta época los niños muestran una mayor curiosidad por todo lo que sucede a su alrededor. Las preguntas constantes pueden cansar a los padres, pero es importante comprender que es en este momento cuando el niño está desarrollando activamente su pensamiento.

No ignores sus preguntas, intenta dar respuestas completas y comprensibles. Esto promueve el desarrollo intelectual del niño y ayuda a moldear su visión del mundo. Habla con él sobre diferentes temas, pídele su opinión, aunque a veces se equivoque. Los comentarios correctos y con tacto ayudarán a su hijo a formarse una comprensión correcta del mundo.

4. cómo lidiar con la agresión y la irritación
La crisis de siete años suele ir acompañada de estallidos de agresión e irritación. El niño puede ponerse de mal humor y enojarse fácilmente por cosas pequeñas. Esto se debe a sus cambios emocionales y a la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones.

Es importante que los padres sean tolerantes y tranquilos en esos momentos. En lugar de reaccionar agresivamente ante la ira de su hijo, intente comprender qué es exactamente lo que le molesta y ayúdelo a afrontar sus emociones. Muestre a su hijo un ejemplo de cómo afrontar las dificultades sin mostrar irritación o agresión.

5. influencia de los padres en el comportamiento del niño
A la edad de siete años, los niños comienzan a copiar activamente el comportamiento de los adultos. Intentan imitar a sus padres, adoptando sus modales, estilo de comunicación y reacciones ante diferentes situaciones. Esto convierte a los padres en un ejemplo importante para el niño. Si en la familia es costumbre resolver los conflictos con gritos e irritación, el niño adoptará este estilo de conducta.

Por lo tanto, durante este período es especialmente importante dar el ejemplo correcto. Sea comedido, respetuoso y correcto en su comunicación, especialmente frente a un niño. Recuerde que el estilo de comunicación que un niño ve en la infancia es el que muy probablemente llevará hasta la edad adulta.

6. una crisis es temporal
Cualquier crisis es un fenómeno temporal y la crisis de siete años no es una excepción. Con el apoyo y la comprensión adecuados de los padres, el niño podrá superar con éxito esta etapa, aprender a afrontar nuevos retos y adaptarse a la vida escolar.

Lo principal es tener paciencia, estar del lado del niño y ayudarle a sentir que no está solo en este difícil proceso. Juntos superaréis todas las dificultades y la crisis de siete años será un paso importante en el camino hacia una mayor maduración y desarrollo.