Cuidado de la piel y el cabello en invierno

El invierno suele ser una prueba para el cabello y la piel. Debido a las heladas, el cabello pierde fuerza y ​​brillo, y el uso de secador de pelo y planchas no hace más que agravar el problema. Puedes ayudar a tu cabello en casa, por ejemplo, utilizando mascarillas sencillas. Una de estas mascarillas es una mezcla de miel y mayonesa. La mayonesa restablece el equilibrio ácido-base del cuero cabelludo gracias al vinagre y la miel nutre el cabello con vitaminas y microelementos. Se recomienda realizar la mascarilla una vez por semana, aplicándola sobre el cabello durante 5 minutos.

Durante la estación fría, las glándulas sebáceas comienzan a trabajar más activamente, lo que conduce a una rápida contaminación del cabello. Para combatir las raíces grasas es adecuada una mascarilla a base de miel y yemas de huevo. Regula el funcionamiento de las glándulas sebáceas, aplicándose únicamente en las raíces del cabello. Después de media hora, la mezcla se lava con champú y luego se puede secar el cabello con un secador de pelo.

En invierno, el cabello también puede sufrir una falta de vitaminas, lo que provoca su caída. Una mascarilla vitamínica hecha con cebolla, ajo, yema de huevo y kéfir ayudará a recuperar la fuerza del cabello. Las bacterias del ácido láctico del kéfir nutren el cabello y crean una película protectora, y después de media hora la mascarilla se retira.

Otro problema invernal es la electrificación del cabello, pero se soluciona fácilmente sustituyendo el peine de plástico por uno de madera. Este sencillo truco evitará que se acumule electricidad estática y ayudará a mantener tu cabello suave.

La piel del rostro también sufre las heladas y los cambios bruscos de temperatura. Para evitar que se reseque, es mejor abandonar los productos que contienen alcohol y utilizar cremas nutritivas más ricas. Se recomienda aplicar la crema 30 minutos antes de salir a la calle. Además, en invierno no conviene realizar limpiezas profundas ni procedimientos agresivos.

Para un cuidado adicional de la piel del rostro, puede utilizar mascarillas nutritivas. Uno de ellos es una mascarilla hecha con manzana, yema de huevo, requesón y aceite vegetal. Nutre la piel y ayuda a afrontar la sequedad. Una mascarilla de miel con jugo de limón también es una excelente opción para el cuidado invernal.

No te olvides de tus manos, que son las más susceptibles a los efectos del frío. Es mejor lavarse las manos con agua tibia, no caliente, y utilizar jabón con glicerina para evitar la sequedad. Para cuidar en profundidad la piel de tus manos, puedes preparar una mascarilla de plátano, mantequilla y miel. Este sencillo remedio ayuda a nutrir e hidratar la piel, protegiéndola de grietas y grietas.

En invierno es importante prestar atención no sólo a tu apariencia, sino también a un correcto cuidado personal para que tu cabello y tu piel se mantengan sanos y bonitos incluso en los días más fríos.