Fotorrejuvenecimiento con láser: pros y contras

La luz del sol, el aire contaminado y otros factores ambientales negativos repercuten negativamente en la piel, provocando su envejecimiento y la aparición de arrugas. En busca de una solución a estos problemas, muchas personas recurren al fotorrejuvenecimiento con láser.

Este procedimiento puede combatir las quemaduras solares, las manchas de la edad, las arrugas, el acné y sus huellas. El fotorrejuvenecimiento con láser se considera una forma segura de mejorar el estado de la piel: el láser vaporiza la capa dañada de la piel, favoreciendo la formación de piel nueva y tersa y estimulando la producción de colágeno.

El fotorrejuvenecimiento con láser se utiliza para mejorar el estado de la piel en diversas zonas del cuerpo, como la cara, el cuello, el pecho, los brazos y las piernas. Puede hacer frente a las arrugas y cicatrices, dando a la piel un aspecto firme y juvenil.

Deshacerse de las arrugas es el principal objetivo del fotorrejuvenecimiento con láser, pero el procedimiento tiene también otros efectos positivos. Además de alisar las arrugas, ayuda a tensar la piel flácida y a reducir las cicatrices del acné y otros defectos superficiales.

Antes de someterse a un fotorrejuvenecimiento con láser, asegúrese de consultar a su médico. Es importante discutir con él todos los aspectos del procedimiento, teniendo en cuenta las peculiaridades de su piel, alergias e intervenciones cosmetológicas previas.

Tenga en cuenta que el fotorrejuvenecimiento con láser es un procedimiento invasivo y requiere un tiempo de recuperación tras la intervención. Su médico también le aconsejará sobre los cuidados postoperatorios de la piel, que incluyen evitar la luz solar y seguir las recomendaciones de cuidado de la piel.